Como esa rara
profesión que vemos en mi país, posiblemente única en el mundo, “rellenador de
fosforeras desechables”, desde hace varios años ha surgido otra de lo más
interesante, el vendedor de paquetes de
Internet.
Ante la escasa o
nula disponibilidad del servicio de Internet a niveles personales y doméstico de
un lado y por otro, el aumento considerables de medios informáticos en los
hogares cubanos (Según datos oficiales de la Oficina Nacional de Estadística e
Información), así como la proliferación de dispositivos de almacenamiento
portátiles de gran capacidad y cumpliendo sobre todo, con una ley “natural” de
mercado: necesidad- mercancía-dinero, ha surgido esta modalidad en las ventas a
domicilio, el paquete de Internet.