Aunque yo vivía en el kilómetro 111 de
la carretera central, a dos kilómetros del pueblo de Consolación, bien rodeado de
todos los animales doméstico y de campo, en un ambiente muy campesino; aquel territorio
estaba declarado, en lo referente a ubicación de los estudiantes de secundaria,
como "zona urbana” y me correspondía entonces cursar dichos estudios en una
ESBU, Escuela Secundaria Básica Urbana, cuyos alumnos estaban semi internos y
dormían todos los días con su familia, se conocía también como “secundaria de
la calle”.
Aquella ubicación no me favorecía, pues
me iban a separar, a distanciar de Zaida, el amor de mi vida, solo porque su
domicilio estaba en el kilómetro 112 de la mencionada carretera, la diferencia
era abismal, al menos para el Ministerio de Educación, como si fuera puro monte adentro donde ella vivía; Zaida
Cecilia Naranjo era mi novia desde segundo grado y como es lógico, ese asunto
me tenía muy mal, deprimido y triste, porque sería muy difícil encontrarnos y
continuar con aquella relación; y ella, como si nada, tan tranquila y sonriente; su
calma, se debía seguramente, a que todavía no sabía que era
mi novia.