viernes, 17 de febrero de 2017

Crónicas AirBerlin

A pesar de ligeras experiencias anteriores, en breves vuelos nacionales, todo mi instinto animal y de guajiro de Pinar del Río me gritaba que saliera de aquel aparato de AirBerlin cuando me  senté en él y  miraba  asustado por la ventanilla el muro de cemento y los aromales que rodeaban el aeropuerto “Juan Gualberto Gómez” de Varadero porque estaba loco por brincármelos y salir corriendo monte adentro, pero el sentido común, la lógica, la tranquilidad que reinaba en el resto de los pasajeros y el deseo de asistir a la boda de mi hijo, hizo que me quedaran a bordo.